lunes, 13 de junio de 2011

El precio de la traición

Suele decirse que en política se hacen extraños compañeros de cama. Un eufemismo bajo el que se trata de enmascarar un hecho tan antiguo como el propio ser humano que, en castellano cervantino, se conoce como traición.
Pues bien, algo así hemos visto en la formación de las corporaciones locales en Asturias el pasado sábado día 11-J. O puede llamarse de otra forma la postura que tomaron los ediles del Partido Popular en Gijón, Valdés, Salas, Amieva y Cabrales, al apoyar la investidura de FAC incumpliendo decisiones internas y, lo que es más ruin y vergonzoso, violentando el voto que les confiaron parte de sus conciudadanos?
La situación me sugiere tres preguntas rápidas, sencillas: ¿cual será el precio de la traición?, ¿cómo se dará satisfacción el traicionado?, ¿qué piensan quienes pusieron su confianza en el PP, de la utilización que  se hizo de su voto en estos municipios?

En Gijón, Isidro Oblanca, “el fugao”,  puede haber dado respuesta a la primera al mostrarse partidario de integrar a los populares en el equipo de Gobierno. Sería rizar el rizo aunque, una vez roto el PP de Asturias, sólo se trata de que vaya transcurriendo la legislatura y que los felones se vayan ablandando y entregando plácidamente. Veremos.
En Valdés, el cabeza de lista popular, un tipo con menos luces políticas que un huevo cocido, podría hacer valer el "FACrentesco" y abrazar la fe verdadera, que arrepentidos los quiere el señor. Imagino que en Amieva  y Cabrales las cosas podrían ir, más o menos, por el mismo derrotero.
La respuesta a la segunda pregunta creo que la iremos viéndo en las próximas horas cuando, una vez constituida la Junta General, se proponga la investidura del nuevo Presidente del Principado. Las venganza, ya saben, se sirve fría y metidos como andamos en plena canícula, podría saber a gloria. También veremos
.
La respuesta a la tercera pregunta será la que tardaremos un poco más en conocer. Al votante, desgraciadamente, sólo se le escucha cada cuatro años, aunque la calle comienza a ser caja de resonancia de su descontento. Será indicio de algo?. No sé, pero alguien debería ir pensando en todo esto,. Máxime si tenemos en cuenta que a menos de un año vista habrá elecciones generales.

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