He seguido el terremoto de Lorca y sus dramáticas consecuencias a través de la radio. Desde la primera información en la que se daba cuenta del seísmo, hasta este momento en que me sirve de fondo mientras escribo.
Mi vida profesional comenzó en la radio. Quince años de pescante me han enganchado hasta convertirme en radioadicto de por vida, ahora desde mi particular trinchera de oyente.
Por eso hoy, mientras interactúo en las redes sociales y voy participando en el fenomenal impulso que están proporcionando a la sociedad global, no puedo evitar reivindicar el papel de la radio como medio ágil, directo, emotivo, y eficaz, pero también como servicio público.
La información al segundo, sin red, a través de la palabra. Y el medio, sobre el terreno, al servicio de la audiencia y también de los afectados para llevarles indicaciones, consejos, nuevas alarmas, consuelo….. Es la vida. Y a su lado la radio y sus profesionales, siempre dispuestos a tragar saliva para contar lo que ocurra en cada instante.
Esta vez desde Lorca, hacia donde viajan estas líneas solidarias para quienes están padeciendo las consecuencias de este dramático suceso, inesperado y mortal.
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