miércoles, 16 de marzo de 2011

Aprender de la historia. (A propósito del desastre nuclear de Japón)


Es un viejo refrán, pero no por ello deja de ser cierto: El hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Chernóbil no fue suficiente. Revuelo inicial, despliegue mediático y promesas políticas de abandono progresivo de la energía nuclear que resulta más barata pero también mucho más peligrosa que cualquier otra. Todo en vano.

El desastre de Japón, de origen y alcance momentáneo diferentes al ocurrido en la central ucraniana en 1.986, vuelve a encender el debate sobre la energía nuclear. Ante semejante catástrofe, de consecuencias aún impredecibles, las reacciones políticas en Europa son variopintas. Merkel, pro-nuclear confesa, rompe sus promesas electorales y anuncia la desconexión de siete reactores construidos antes de1.980. Los más de cincuenta reactores que tiene en su país hacen que el populista “Sarko” mire para otro lado, no sea que se trunque el ascenso de su industria nuclear que cuenta con un sólido potencial exportador. En España, el ministro del ramo pide calma aunque ha dado la orden de revisar la situación de todos los reactores en activo. Entre tanto, el Comisario Europeo de Energía se despacha con unas declaraciones en las que califica la situación de Japón de auténtico apocalipsis. Visto lo visto ¿a qué palo quedarse?

Es evidente que lo prioritario es apoyar a Japón para que la amenaza nuclear no se convierta en una tragedia que sumar a los efectos devastadores del terremoto y posterior tsunami que desencadeno el gravísimo accidente que nos ocupa. Ahora bien, mirando hacia delante, no podemos obviar que el crecimiento de la población mundial y el consecuente aumento del consumo de energía, obligan a acometer sin dilación un debate profundo y objetivo sobre el modelo energético del futuro.

Los ciudadanos debemos aplicarnos en las prácticas responsables del consumo y los gobiernos tienen la obligación ineludible de definir un “mix” que garantice suficiencia y eficiencia, que resulte lo menos agresivo posible para nuestra integridad y la del planeta, en el que las energías limpias vayan suplantando paulatinamente a otras como la nuclear, cuyo historial de incidentes y dolorosas consecuencias es irrefutable.

En este debate la participación de la ciudadanía es obligada y crucial. Pero por si acaso no se acuerdan de consultarnos yo ya dejo aquí la mía, sin demagogias y para que conste: Nucleares NO. Gracias!

1 comentario:

  1. Buen post, Tino. Me temo que haya mucho de paripé en algunas reacciones políticas (ojalá me equivoque). Habrá que ver lo que dicen cuando ya no sea la noticia del día. Me sumo a tu petición: Nucleares NO.

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